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  • Foto del escritorJohn Carrillo Diaz

Petroglifos en el Cerro Las Pinturas en San Carlos, Córdoba


Cuando buscamos sobre pinturas rupestres o petroglifos en el departamento de Córdoba en Colombia, es casi nada lo que encontramos. Sólo referencias en páginas impulsadoras de turismo, donde mencionan los existentes en San Carlos, o Pueblo Nuevo según la página. Pero ningún dato específico, ni fotografía ni referencias para que quienes estén interesados puedan llegar allá.

Muchos de los lugareños afirman que a lo largo de los tiempos han llegado expertos a analizar y estudiar los grabados en la roca, pero se desconocen los resultados. En una intensa búsqueda en la red de artículos de investigación sobre la presencia de Arte rupestre en el departamento de Córdoba, no se encontró nada, sólo referencias a Caquetá, Boyacá, Cundinamarca, Magdalena, San Agustín, entre otros lugares, pero nada de Córdoba.

“Córdoba su gente y su folclor” de Guillermo Valencia Salgado

El único registro o mención encontrada es en el libro “Córdoba su gente y su folclor” de Guillermo Valencia Salgado, donde se hace una imagen representativa de algunas de las tallas existentes en las Pinturas de San Carlos.

En 2013, cuando colaboraba en el archivo audiovisual y fotográfico de Córdoba, tuve la oportunidad de ir por primera vez al sitio en donde se encontraban los petroglifos. La dinámica de caminar a través de fincas y áreas boscosas agregaban cierto misticismo a la jornada, que culminaría con la observación de una roca encima de unas fuentes de agua con múltiples figuras talladas, algunas fácil de distinguir y otras confusas, debido a la erosión, a la humedad, al moho y demás acciones propias de la naturaleza y el pasar de los años.

Las dudas que se presentaron al llegar, todas. ¿Quién o quienes tallaron realmente las imágenes? ¿En qué época? ¿Sería este un sitio de adoración? ¿Cuál sería la intención comunicativa de los muralistas del pasado? ¿Por qué no hay información académica de fácil acceso sobre esto? ¿A las universidades de Córdoba a esto no les importa, a la academia no le interesa? ¿Y los investigadores, gestores culturales y de Patrimonio que acciones han tomado al respecto?, pero ninguna respuesta clara al respecto.

Pictograma de una hicotea, en las Pinturas de San Carlos.

Pasaron 10 años desde entonces, y se presentó la oportunidad de volver al sitio, nuevamente gracias a la inquietud de mi amigo René Ferduh. La caminata fue más larga de lo que recordaba, fueron casi 3 horas por tramo. Y en el sitio continuaba la piedra marcada, y el arroyo corriendo.

Las acciones del clima siguen haciendo de las suyas sobre el lugar. Algunas marcas difusas por la erosión y el tiempo, y el riesgo en aumento de llegado un día es posiblemente que haya menos que observar que lo que había años atrás.

Las visitas que se han hecho al lugar, sin ningún tipo de control o respeto por los petroglifos, han dejado numerosas marcas en las piedras aledañas, donde han escrito frases de enamorados y han dibujado escenas sexuales, contaminando el espacio, por si de pronto, en un futuro próximo, lleguen los expertos a estudiar el lugar.

La experiencia definitivamente es de forma directa, la sensación que se genera al estar de frente a la piedra es personal y se experimenta diferente en cada persona. Algunos de los compañeros lloraron al verla, otros se sobrecogieron, permanecían en silencio detallando cada trazo, tratando de descifrar el lienzo completo, observando cada figura; y luego la mirada a los ojos de los otros, compartiendo con complicidad todo el mar de dudas e hipótesis que abarrotan la cabeza, tratando de encajar en nuestras narrativas, esta roca silenciosa que te comunica sólo cuando la ves.



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