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Conocí a José Dolores Rodríguez Ross por allá a finales de 2010, no recuerdo bien la fecha. En ese entonces, el profesor Edwin Flórez de Puerto Escondido me facilitó su número de celular. Yo me encontraba trabajando en un proyecto pedagógico en la Institución Educativa El Silencio, y había logrado gestionar recursos para comprar dos marímbulas, y me dijeron que en San Juan de Urabá me las hacían, y el contacto para eso era el señor José Dolores.
Desde un principio me di cuenta que una marimbula no se encontraba en cualquier tienda musical, y que no cualquiera se dispone a fabricarte una. Y ya que había conseguido para comprar dos, aprovechaba y compraba una tercera para mi. Así que llamé a San Juan de Urabá para encargar las tres marímbulas, y fue hasta febrero de 2011 que fui personalmente a buscarlas, y de paso a conocer al señor José Dolores Rodríguez.
Cuando lo conocí me di cuenta que definitivamente era un sextetero, su forma de hablar, de moverse y su pasión por el tema me llamó mucho la atención. Así supe que tenía un grupo de marimbula ahí en San Juan, llamado los Soneros del Caribe, y que su amigo Jerónimo de La Rosa, también miembro del grupo, era carpintero y había construido los cajones de madera e instalado los flejes de los marímbulas. Todo para mi era nuevo y desconocido.
Los flejes, esas laminas de metal que son pulsadas para generar el sonido de la marimbula, son las piezas más difíciles de conseguir, ya que es necesario que tengan un temple y una flexibilidad específica, para que pueda vibrar al ser pulsada por los dedos de los marimbuleros. El material que había no era similar a los usados originalmente, por lo que los pocos fabricantes que existían terminaban usando hojas de machetes o serruchos viejos.
Cuando los conocí, en 2011, el grupo de Sexteto Soneros del Caribe contaba con la ausencia de integrantes que completaran su alineación musical. En 2014 y 2018 que nos encontramos de nuevo en los encuentros de Sexteto de El Silencio y en Los Córdobas, se habían fortalecido nuevamente, mostrándonos la tradición sextetera de San Juan de Urabá.
El año anterior, 2023, José Dolores Rodríguez se puso en contacto conmigo. Así me enteré que la Pandemia se había llevado a varios miembros del grupo y que estaba haciendo lo posible por buscar material joven que estuviera interesado en no dejar perder la música de Sexteto en San Juan de Urabá.
Este año he tenido contacto de manera regular con él, tratando de mantener la ilusión de reunirnos con los grupos en un próximo encuentro de Sexteto, deseando que algunas de los municipios donde aún existe esta manifestación musical, se apropie de este evento. Apostando por ver si el próximo encuentro se hacía en Córdoba o en el Urabá.
Rebuscando el material de archivo de la Fundación Úvendor, encontré algunas memorias que creí necesario vieran la luz. Este documental ayuda a reconstruir y resguardar la historia de la música de Sexteto en el municipio de San Juan de Urabá, en Antioquia, y por ende del Caribe colombiano.
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